Lunes, 26 de marzo de 2007
Registro Hemeroteca

en

GIJÓN

GIJÓN
La Casa Malva será el «referente» de los centros de acogida a víctimas de maltrato de todo el país
De la Vega anunció que el complejo de Montevil será imitado en todas las autonomías para «dejar de esconder de forma vergonzante a las mujeres» Areces cree que el modelo gijonés «supondrá un parón para esta lacra»
La Casa Malva será el «referente» de los centros de acogida a víctimas de maltrato de todo el país
FOTO DE FAMILIA. Laura González, Servanda García, Antonio Trevín, María Jesús Álvarez, María José Ramos, Paz Fernández Felgueroso, María Teresa Fernández de la Vega, Vicente Álvarez Areces, Begoña Piñero y Sila Murillo, ayer, ante la Casa Malva. / CITOULA
Imprimir noticiaImprimirEnviar noticiaEnviar

Publicidad

La Casa Malva no sólo es el primer Centro de Atención Integral a Mujeres Víctimas de la Violencia de Género del país, sino, también «el referente a imitar» para todos los centros de acogida a maltratadas que hay en España, los cuales deberán abandonar su actual anonimato para «dejar de esconder a las mujeres maltratadas de una forma vergonzante e indigna». Así lo aseguró ayer en Gijón la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, quien encabezó la inauguración oficial del complejo de Montevil, ubicado en la confluencia de las calles Les Cigarreres y Sor Juana Inés de la Cruz, en un acto multitudinario en el que participaron más de 200 personas, así como dos grupos dos grupos de protesta: la asociación de padres, que reclamaba la custodia compartida de los hijos, y un grupo de trabajadores de la Residencia Mixta de Pumarín, que exigían más plantilla.

En la tribuna de oradores para la presentación oficial de este macrocentro, formado por 10 pisos de emergencia, 20 pisos de larga estancia y 12 viviendas tuteladas, arropaban a la vicepresidenta Vicente Álvarez Areces (con corbata malva); la consejera de la Presidencia, María José Ramos, así como las titulares de Vivienda y de Medio Rural, Laura González y Servanda García. A ellas se sumó la directora del Instituto de la Mujer, Rosa Perís; el delegado del Gobierno en Asturias, Antonio Trevín; la presidenta de la Junta General, María Jesús Álvarez, y Paz Fernández Felgueroso. Todos coincidieron en que estaban viviendo un momento «histórico» porque la Casa Malva «es un hito en la lucha contra los malos tratos», aseguró Areces, quien se mostró convencido de que el modelo gijonés «supondrá un parón para esta lacra social».

La razón es que éste será el primer centro de acogida del que se conoce su ubicación, además de que suma todo tipo de servicios para las víctimas, como la atención psicológica, médica, formación laboral, ayuda para la búsqueda de empleo y de vivienda. A su vez, cuenta con un programa específico para los hijos de las mujeres agredidas, para evitar que repitan en su vida adulta el drama que ha marcado su niñez.

Con todos estos elementos, la Casa Malva es «un sueño hecho realidad», según calificación de Rosa Perís, quien confirmó que los responsables de todos los centros de acogida del país «visitarán la casa para conocer su formato e imitar su funcionamiento». De momento, solo Castellón está levantando un edificio similar, «pero muchas autonomías están adaptando sus propias casas de acogida al modelo que hemos implantado en Gijón», apostilló la directora del Instituto de la Mujer.

Lágrimas de emoción

Pero la inauguración de ayer se salió del protocolo habitual de este tipo de actos oficiales para dejar paso a la emoción. De hecho, la Casa Malva registró ayer las primeras de las muchas lágrimas que acogerá tras su entrada en funcionamiento, prevista para julio, como las derramadas por la concejala de Educación, Carmen Rúa, quien no pudo contenerse ante la exposición del vídeo que explica el porqué del complejo gijonés.

Más serenas, aunque también con los ojos brillantes, los nombres más citados en el acto, María José Ramos y Felgueroso, «porque sin ellas, esto no hubiera sido posible», dijeron tanto Areces como De la Vega.

La propia vicepresidenta se mostró muy cariñosa y cómplice durante todo el acto con ambas, especialmente durante la visita al edificio, en la que la portavoz del Gobierno repitió varias veces que «'ta' precioso'», para sentenciar que «se nota que está hecho por mujeres». Todas las viviendas son accesibles para su uso por personas con discapacidad «y tienen tendedero para la ropa», bromeó.

También juntas descubrieron el monolito que representa la casa, una silueta realizada por el artista Juan Stové, en la puede leerse el poema de Berta Piñán 'Una casa' que se ha convertido en el lema del edificio. En la despedida, la complicidad volvió de nuevo a reflejarse, con el regalo de una pulsera de María José Ramos a Teresa Fernández de la Vega del color de la jornada. Malva.

ctuya@elcomerciodigital.com

Vocento

Contactar | Mapa web | Aviso legal | Política de privacidad | Publicidad | Master El Correo


Canales RSS